Pablo Guadarrama, ¿marxista?

Fotos: Omar E. Cárdenas

Dedicar casi toda una vida a la investigación y estudio de una materia como la filosofía es digno de admiración. Pablo Guadarrama González desde muy joven estuvo interesado en los procesos sociales que existían a su alrededor.

Su formación educativa en el el Instituto Superior Pedagógico «Félix Varela» fue trascendental para que la filosofía se convirtiera en el centro de su atención.

A lo largo de su vida, Guadarrama ha llevado a cabo numerosos posgrados, cursos e investigaciones. En 1980, en la entonces República Democrática Alemana, se doctoró en Filosofía por la Universidad de Leipzig. Además, es Doctor en Ciencias por la UCLV desde 1995.

Asimismo, es Académico Titular de la Academia de Ciencias de Cuba, autor de varios libros sobre teoría de la cultura y el pensamiento filosófico latinoamericano. Y ha impartido conferencias en varias universidades de América Latina, Estados Unidos, Japón, España, Rusia, Italia y Alemania; donde ha obtenido varios premios y distinciones por su labor intelectual.

¿Se ha equivocado Pablo Guadarrama luego de tantos años de investigación?

«Todos nos equivocamos y como decía Sócrates: ‹todo ser humano es falible›. Cometemos muchos errores en la vida, tanto en la personal como en la académica. Todo no ha sido éxitos, tuve fracasos como investigador al buscar un tema y después percatarme que no existe suficiente material para desarrollarlo.

«Asimismo, he dirigido tesis de maestría o doctorado que no terminaron bien, pero de los fracasos también se aprende. Decía Alexander Coiret, un epistemólogo francés, que más se aprende de los errores que de los éxitos. No veo los fracasos como simples fracasos, sino como peldaños para construir verdades y avanzar».

¿Cómo enfrenta la crítica o comentarios sobre su obra?

«Toda obra al ser falible debe ser criticada. Creo que en primer lugar, el profesor universitario está obligado a fomentar un pensamiento crítico entre sus estudiantes y compañeros de trabajo.

«En congresos internacionales he encontrado a algunos críticos que han señalado lo que consideran erróneo desde el punto de vista marxista; sin embargo, han reconocido la labor académica.

«Por ejemplo, hace poco publiqué un libro sobre epistemología que provocó una buena valoración crítica por parte del Instituto de Investigaciones Filosóficas de la Universidad Nacional Autónoma de México. El hecho de que esta prestigiosa universidad le haya prestado atención a la publicación, es de gran valor. Por lo tanto, bienvenida la crítica».

Usted ha viajado a otras latitudes, pero siempre regresa a Cuba, ¿por qué?

«Estoy arraigado a Cuba y específicamente a Santa Clara. No puedo olvidar a mi país y a mi ciudad. Además, no pudiera ser lo que soy, si no hubiera tenido el apoyo del grupo de investigación de Pensamiento Filosófico Latinoamericano de la UCLV. Soy un producto de esa labor colectiva.

«Por otra parte tuve la oportunidad de presentar mis trabajos en China, Japón, Europa, Estados Unidos y en casi todos los países latinoamericanos, pero la mayor satisfacción la tengo cuando logro un público de mi país interesado en mi obra, y cuando logro publicar mis libros dentro de la Isla».

¿Es marxista?

«La palabra no me parece apropiada porque Marx dijo que él no era marxista, y no porque renunciara a la concepción materialista de la historia ni al socialismo, sino porque el propio término es muy ambiguo.

«Como profesor de Historia de la Filosofía me percaté de la existencia y uso de los patronímicos en la antigüedad, en el Medioevo y en la modernidad, y creo que es absurdo en un nombre sintetizar un pensamiento identitario.

«En fin, es mejor identificarse con una postura ideológica por el socialismo y con la concepción materialista de la historia que con la palabra marxista».

¿Por qué desde Colombia milita en las filas del Partido Comunista de Cuba (PCC)?

«En primer lugar, porque estoy identificado con la Revolución Cubana, con su posición ideológica y con su sentido humanista. Milito en el PCC a través de la UNEAC, y soy invitado a las reuniones del núcleo en la embajada de Cuba en Colombia. Considero un deber, aportar todo lo que puedo a la Revolución dentro y fuera de Cuba. Cuando tengo que criticar algo, pues lo hago desde el Partido.

«Además, yo creo que como toda ideología, el socialismo implica un poco de fe –no solamente racionalidad–, y yo tengo fe en esta Revolución, tengo confianza en el humanismo práctico, diría Marx.

«Es muy triste renunciar a valores con los que te criaste. Mis padres fueron del Movimiento 26 de Julio y mi madre estuvo presa en las cárceles de la policía de Batista. Ellos me inculcaron desde los nueve años un sentimiento revolucionario.

No pienso perder esa fe ni ese optimismo. Eso no pasará porque sería traicionar a mi padre y a mi madre, y a toda la herencia de mártires, como por ejemplo David Díaz Guadarrama, que fue un mártir en la huelga del 9 de abril en Santa Clara.

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